El calor dentro del vehículo
Llega la época estival, el buen tiempo, el sol y también las altas temperaturas.
Es una época muy recomendable para realizar desplazamientos de ocio, salidas de fin de semana y vacaciones de verano, pero hay que tener muy presente las consecuencias que el calor genera dentro de nuestro vehículo y cómo afecta a nuestros pequeños esta circunstancia.
Las condiciones climatológicas en verano suponen temperaturas que, en ocasiones, alcanzan niveles de riesgo elevado. Esta situación, junto con otras circunstancias, como el color del vehículo o la penetración de la luz solar a través de los cristales, pueden aumentar las condiciones de temperatura en el interior de este.
Por ejemplo, un vehículo estacionado al sol en condiciones exteriores de entre 27 a 29 grados de temperatura, aumentará su temperatura interior en 10 grados centígrados transcurridos 10 minutos y puede llegar a los 60 grados de temperatura una vez transcurrida una hora de exposición.
Estas condiciones son especialmente delicadas en los niños más pequeños ya que, al tener una reserva de agua en su cuerpo inferior a un adulto, su temperatura corporal sube mucho más rápido, y tienen más dificultades para regularla. Por esta razón, es necesario tomar precauciones a la hora de realizar un viaje con los niños en el periodo veraniego, ya que puede sufrir un golpe de calor. Esta situación se produce debido a que la incidencia del calor en el interior del vehículo produce un calentamiento que se potencia con el efecto invernadero provocado por el paso de la luz a través de los cristales.
En estas circunstancias la capacidad natural del cuerpo humano para mantener la temperatura normal se ve sobrepasada. Esta situación se denomina hipertermia, es decir, cuando superando los 42 grados corporales se desencadenan síntomas como mareos, vómitos, cefalea o taquicardia.
En caso de encontrarnos ante una situación de emergencia por un golpe de calor, lo primero será mantener la calma, llamar al servicio de emergencias y seguir sus indicaciones. Inmediatamente sacaremos al pequeño del vehículo e intentaremos bajarle la temperatura, colocándole boca arriba en un lugar fresco, incluso quitándole prendas innecesarias. Si disponemos de compresas frescas se las aplicaremos en la cabeza, cara, cuello, nuca y pecho, pero nunca hielo. En caso de que esté consciente y sin vómitos, le daremos agua o una bebida isotónica. Posteriormente, se trasladará al niño al centro sanitario para seguir con el tratamiento adecuado.
Recomendaciones para viajar en verano
- Evita estacionar el vehículo en zonas soleadas, busca un lugar con sombra. En caso de no ser posible protege las lunas con parasoles o telas para evitar el aumento de temperatura.
- Protege la silla con una tela para evitar que el asiento pueda producir quemaduras al bebé.
- Climatiza la temperatura interna del vehículo antes de introducir a los niños, bajando las ventanillas y activando el climatizador del vehículo.
- Durante los desplazamientos mantén una temperatura constante que permita estar cómodos a los ocupantes.
- Utiliza elementos que protejan al niño del sol directo dentro del vehículo evitando el efecto invernadero.
- Ten agua a mano para que el niño pueda beber a demanda evitando la deshidratación.
- Recuerda no dejar solo al niño en el vehículo en ninguna circunstancia.